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miércoles, 1 de abril de 2015

Grandes álbumes vocales: "Bach- Magnificat in D Major BWV243" (J.E. Gardiner)

Ahora que ya tenemos una nueva Semana Santa aquí, nos deleitaremos con una de esas obras intemporales que la fe religiosa ha inspirado a lo largo de los siglos.

Hablamos en este caso del "Magnificat" de Johan Sebastian Bach compuesto por el genio de Eisenach en 1723.



Se trata de una de las obras corales más celebradas del compositor alemán. Consta de doce movimientos y como peculiaridad el texto está en latín, al contrario que muchas obras corales de Bach que son en alemán.

Otra peculiaridad es que las partes corales están escritas para cinco voces, en lugar de cuatro (SSATB, es decir dos cuerdas de soprano y una de contralto, tenor y bajo). 

Las partes de coro son grandiosas, muy espectaculares y dinámicas, pero si yo tengo que quedarme con algo de esta obra es con esas maravillosas arias que escribió Bach para los solistas, ya sea en solitario o haciendo inolvidables dúos, como en mi pasaje favorito, "Et misericordia".





Hay muchas versiones del Magnificat de Bach pero yo os traigo la grabada en 1990 por The English Baroque Soloists y el Monteverdi Choir, bajo la dirección de Sir John Elliot Gardiner, que para algunos es una de las mejores, especialmente para los defensores a ultranza de la autenticidad en la interpretación de la música barroca, empleando conjuntos más pequeños y ágiles que tocan además instrumentos antiguos de la época.

Siguiendo esta corriente de revisión historicista de la música barroca, en esta grabación las voces del coro se despojan casi en su totalidad del vibrato y las partes de solista alto las canta un contratenor. El ritmo de la ejecución es además considerablemente más rápido que en las versiones más "tradicionales", como la grabada por Karl Richter en 1962 con la Münchener Bach-Orchester y Münchener Bach-Chor, versión también interesante, que merece la pena escuchar aunque solo sea por la presencia entre los solistas de la gran soprano Maria Stader.

A continuación tenéis la versión de Richter además con toda la partitura.





Y finalmente la versión completa de Sir John Elliot Gardiner. Que la disfrutéis.



martes, 20 de enero de 2015

Dos grandes de la música vocal dicen adiós: Andrae Crouch y Ward Swingle

Estimados lectores, hemos comenzado el 2015 con mal pie perdiendo a dos personas que cambiaron, cada una a su manera, nuestra forma de entender la música vocal: Andrae Crouch y Ward Swingle.

De Ward Swingle ya hemos hablado en este blog en otra entrada. Fue un visionario que acercó el mundo de la música coral al del jazz, creando a los legendarios Swingle Singers, un grupo legendario cuya huella se transmite de generación en generación en formaciones acapella como The Real Group, The Kings Singers, etc, etc.

Ward Swingle en sus últimos tiempos

La idea genial que tuvo Ward Swingle fue recrear varias obras de Bach empleando solo voces haciendo de instrumentos y todo ello a ritmo de jazz. Si habéis escuchado alguna pieza del famoso álbum "Johan Sebastien Jazz" de los Swingle Singers entenderéis por qué digo que es genial.


Más tarde los Swingle Singers derivarían en un grupo más pop, más acorde con el devenir de los tiempos, haciendo una música siempre magnífica, aunque perdiendo un poco este encanto de la formación original de los años 60.

Y cambiando de estilo musical, el mundo del gospel se encuentra también de luto desde el pasado día 8 de Enero por el fallecimiento de uno de sus más grandes representantes, el cantante, compositor, arreglista y director de coros de góspel Andrae Crouch.


Andrae Crouch nació en San Francisco, California, y fue un niño prodigio que a los once añitos ya acompañaba al piano en las celebraciones de las misas de su congregación.

A los 18 años ya había creado su propio grupo musical, los "Church of God in Christ Singers", cuya formación incluía a un joven Billy Preston como teclista. A través de este grupo Andrae Crouch dio a conocer su canción más emblemática "The Blood will never lose its power", escrita cuando tenía solo 15 años.

Aquí lo tenemos cantándola con una de las sucesivas formaciones que creó a lo largo de su extensa carrera musical, siempre de la mano de su hermana melliza Sandra Crouch.


Los arreglos que Andrae Crouch hacía sobre los tradicionales temas de la tradición del gospel eran revolucionarios en el sentido de que los acercaban al jazz y a la música pop. Eso hizo que sus grupos gozaran siempre tanto del respeto de la crítica como del favor del público (aunque también había puristas del góspel que no lo miraban con buenos ojos).

Andrae y Sandra Crouch tuvieron una relación de amistad muy estrecha con el gran Michael Jackson, quien enriqueció alguna de sus canciones más celebradas con el sonido inconfundible de los Andre Crouch Singers, como en esta joya que todos conocemos, "Man in the Mirror", perteneciente a al bastante infravalorado álbum "Bad" de Michael Jackson. Solo por esos coros haciendo "Oh yeah" ya merece la pena recordar este álbum.




jueves, 2 de octubre de 2014

Colgados del "Arbol Místico" de Jaimina Johnston

En el último post os anunciábamos la publicación del nuevo disco de Jaimina Johnston y os pedíamos un poco de tiempo para escucharlo y analizarlo en profundidad.

Bien, dos semanas de atenta escucha más tarde, "Mystic Tree" se ha convertido en uno de mis álbumes de cabecera y no deja de sonar en mi ipod.




¿Qué nos hemos encontrado en el nuevo disco de la genial cantante de Liverpool?

La respuesta es:
-Todo lo que ya nos gustaba de Jaimina, con esas versiones a capella increíbles, en las que lo mismo te hace vibrar con el "Don't stop me now" de Queen, que te sorprende con una versión del "Vete y pega la vuelta" del dúo Pimpinela nada menos que ¡¡a ocho voces!!

-Y lo novedoso, que son las versiones con acompañamiento instrumental, en su mayor parte con sonidos de sintetizador haciendo versiones de algunos clásicos de Mozart, Bach o Faure.

Y lo maravilloso es que cuando escuchamos el disco nos damos cuenta de que sobran las etiquetas, que todo esto es música, desde Bach hasta Queen, pasando por Pimpinela y que se puede cantar una versión del "Moonlight Shadow" de Mike Oldfield en la misma forma en que Haendel escribía sus fugas (el arreglo se titula "The last that ever she saw him").

Aquí os dejo un enlace en el que podéis escuchar gratis el álbum completo.
Que lo disfrutéis. Otro día prometo entrar en más detalle sobre las canciones que más me gustan del álbum.

Mystic Tree by lee tan hyuk on Grooveshark

viernes, 3 de enero de 2014

Recordando grandes álbumes vocales: The Bach Album (1991, The Swingle Swingers)

Comenzamos fuerte este año 2014 con un doble homenaje, por un lado al gran compositor Johan Sebastian Bach y por otro a uno de nuestros grupos acapella favoritos, The Swingle Singers.

La carrera de este grupo está ligada a Bach desde el momento en que su debut discográfico consistió en algo radicalmente innovador para su época (hablamos de 1963): una colección de versiones vocales a ritmo de jazz de algunas de las obras más populares del genial compositor. Aquel álbum llevaba el título de "Jazz Sebastien Bach" y fue un auténtico bombazo tanto por su original propuesta como por la perfección en la ejecución, obteniendo incluso un premio Grammy a la mejor interpretación coral.




Pero por más que nos guste "Jazz Sebastien Bach", hoy traemos otro álbum, grabado 28 años más tarde por el mismo grupo, aunque con el paso de los años los cantantes originales habían abandonado ya el grupo y habían sido sustituidos por otros más jóvenes. Además, el grupo, originalmente fundado en Francia por la mente clarividente del norteamericano Ward Swingle, había pasado a establecerse en Londres, donde continúa radicado en la actualidad.




"The Bach Album" es en cierto modo una recapitulación del sonido del primer álbum del grupo, pero a mi modo de ver mejorado en cuanto a la calidad de la grabación y con un repertorio más equilibrado.
La calidad de The Swingle Singers es incontestable aquí: ni una nota fuera de sitio y un nivel de conjunción de las voces sencillamente perfecto. 

El grupo lo componían ocho voces agrupadas en parejas (dos sopranos, dos contraltos, dos tenores, dos bajos) y consigue eso tan difícil que es que cada voz sea perfecta y que sin embargo ninguna destaque del conjunto.

El tema "Ein Feste Burg" abre el álbum:



Como en la grabación de 1963, las voces están acompañadas en algunos de los temas por un pequeño set de jazz (batería y bajo), dándole un aire dinámico y moderno, que curiosamente casa a la perfección con el espíritu de las composiciones de Bach.


Mi tema favorito de The Bach Album es la versión que hacen de la Gran Fuga en G menor de Bach.  Interpretada a ritmo de "bam ba-da ba-da bam, bam ba-da ba-da bam", transforman la gravedad de la composición original para órgano en una especie de música para ascensor que parece sacada de una película de los años 60, pero que en cuanto la oyes dos veces se hace tan pegadiza que te resulta imposible desprenderte de ella.

En Youtube he encontrado una grabación de este tema por el grupo en directo que es incluso mejor.





Esta es la fuga interpretada al órgano, como fue concebida por su autor, y con una representación gráfica de las líneas de cada voz que nos permite comprender claramente la estructura de fuga de la composición (gracias al autor del vídeo Stephen Malinowsky)




Volviendo a The Bach Album, el disco está lleno de grandes momentos de música coral, ya sea cantada como "ba ba-da bam", como "du-du-du" o como "aaaah", pero siempre con una calidad en la interpretación que permite darle una vuelta de tuerca a estas composiciones intemporales y escucharlas desde un nuevo ángulo que resulta de lo más interesante.

Despedimos este post con el primer movimiento del Concierto de Brandemburgo nº3.






domingo, 14 de abril de 2013

¿Por qué el público huye de la música clásica? Cinco razones de peso.

La crisis de público de la música clásica no es un asunto nuevo. 
Desde hace ya décadas se asume que la música clásica está dirigida a una minoría: una minoría entendida, una minoría selecta, una minoría cultivada y una minoría además añosa. Todos estos clichés se aplican habitualmente a la gente que tiene costumbre de escuchar música clásica.

La falta de entendimiento entre la música clásica y la música popular además es recíproca, porque tanto empeño pone el común de las gentes en huir de las salas de concierto como los propios músicos "clásicos" en poner barreras que impidan que la gente llana acceda a comprender y amar la música denominada "culta".

Pero a fin de cuentas, ¿tan diferentes son la música clásica y la música popular?

Mi humilde respuesta es un rotundo NO

Tanto la una como la otra están hechas de lo mismo, de notas, armonías, ritmos, y las mayores diferencias estriban en la forma en la que una u otra nos presenta el resultado.

El Magnificat de J.S: Bach son notas musicales

El Bad Romance de Lady Gaga también son notas musicales


Por supuesto que la mayor parte de la música considerada clásica tiene el prestigio de haber persistido vigente durante siglos, (haber superado la prueba del tiempo) pero incluso la creación más genial de Bach o de Mozart no deja de ser lo que hemos dicho: notas, armonías, ritmos. Y quién nos dice que dentro de muchos años no seguiremos disfrutando igual que ahora con las canciones de los Beatles, por poner un ejemplo.

Pero volviendo a la pregunta del título de este post, ¿cuáles son esas razones por las que la mayor parte del público no tiene ningún interés por la música clásica?¿Es porque son todos unos ceporros sin sensibilidad alguna? Mi opinión es que no; es la forma en la que la música clásica nos es presentada la que hace que esté en franca inferioridad cuando tiene que "competir" con la música popular.

Ahí van cinco razones:

RAZON NUMERO 1: MUSICA Y VOZ
Al ser humano le encanta la música cantada y por eso el 99% de la música popular tiene como protagonista la voz. En la música clásica en cambio predomina la música instrumental y eso engancha menos al público. De hecho, las formas cantadas de la música clásica como la ópera o las obras corales son las que aún consiguen suscitar cierto interés entre el público general.


RAZON NUMERO 2: LAS FORMAS DE LA MÚSICA CULTA
A la gente común le produce auténtica alergia toda esa terminología de sinfonía, cantata, sonata, motete, lied, oratorio, suite, preludio, minueto, poema sinfónico, scherzo y otros muchos que me dejo en el tintero. La mayoría de la gente solo distingue entre A: Canciones y B: Músicas. Vamos, que es escuchar eso de Opus número no se cuántos y cambiar de canal.


RAZON NUMERO 3: LOS CANTANTES LIRICOS
Ya hemos aludido alguna vez en este blog a las diferencias entre las voces líricas y la forma de cantar de la música ligera. No vamos a negar aquí el esfuerzo y los años de preparación que exige el canto lírico, pero sí vamos a señalar que la mayor parte del público prefiere una forma de cantar más natural, más cercana a la voz hablada y sobre todo, sin ese exagerado vibrato que hace que a veces no se les entienda lo que cantan.


RAZON NUMERO 4: EL IDIOMA
Y hablando de no entender lo que se canta, ¿qué podemos decir de todas esas corales cantadas en latín, o de las óperas cantadas en alemán, en francés, o en italiano en el mejor de los casos? El mensaje es por lo menos el 50% del valor que tiene la voz humana, único instrumento que aúna música y texto. Cierto es que ahora suelen ponernos subtítulos, que ayudan y mucho a seguir una ópera, pero solo por un momento imaginemos un concierto de pop o de rock que necesitara subtítulos para enganchar al público.


RAZON NUMERO 5: LA EXPOSICION CONTINUA Y LA PROPAGANDA
Nunca amamos una canción o una pieza musical la primera vez que la escuchamos. La exposición repetida es la que hace que prenda en nuestro interior. Siempre me ha parecido ilusorio acudir a un concierto de música clásica, escuchar una obra que no hemos oído nunca antes y pretender que nos encante a la primera. Como mucho diremos que nos parece interesante, que promete o que nos recuerda a otra que nos gusta. En los conciertos de pop o rock el público acude con los deberes ya hechos y se sabe las canciones de pe a pa, porque las discográficas se encargan de promocionarlos extensamente en la radio, en las televisiones, en los anuncios. Si el público acude a un concierto de música clásica sin conocer nada de la obra, lo más probable es que se quede dormido a mitad del concierto y no vuelva al siguiente.

Classical Crossover
Por todas estas razones queremos rendir hoy homenaje en este blog a todos esos artistas que han intentado sortear este abismo aparentemente insalvable entre la música clásica y la música popular. Son conocidos como los artistas del classical crossover, término que podríamos definir como aquellos que adoptan fuentes o influencias de la música clásica para llevarlos al terreno de la música popular y alcanzar una imagen más comercial y llegar a un público más amplio.

He encontrado este enlace en el que lo explica todo maravillosamente bien, las distintas formas de hacer classical crossover, las tácticas que emplean las discográficas para explotar este mercado y también algunos ejemplos de los artistas más conocidos en esto de llevar la música clásica a las grandes masas, que son sobre todos cantantes, como el éxito universal de Los Tres Tenores (Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras)



Muchos puristas se rasgan las vestiduras, pero espectáculos así acercan la música clásica a un público que de otra manera no llegaría a conocer nunca la belleza de este aria de Puccini, (aunque muchos lo llamarán temazo en lugar de aria, lo que viene a ser lo mismo).

A la estela del éxito de los tres tenores, hemos tenido más tarde la oportunidad de conocer a Andrea Bocelli, cuyo caso es diferente porque es más bien un cantante de música ligera con algunos registros de tenor y canta canciones que no son de ópera pero se dan un aire. El éxito de Con te partiró fue también enorme.




El avispado productor de la compañía Sony Simon Cowell, conocido también por su labor de jurado en Factor X, vio enseguida el potencial comercial y creó el grupo Il Divo, un grupo de cantantes iniciados en el canto lírico, que no son italianos pero lo parecen (importante para el éxito), y que cantan canciones pop pero intentando sonar a ópera.

Yo no sé si esto se puede seguir considerando classical crossover o ya es descaradamente música pop para fenómeno fan, como se desprende de los comentarios del siguiente vídeo. Vosotros mismos podéis juzgar.